Wrestlemania XXX

Publicado: 23/04/2014 en Opinión, Wrestling
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Wrestlemania 30

Para los no iniciados en el mundo del wrestling o lucha libre profesional, Wrestlemania es algo así como el equivalente a la Super Bowl del fútbol americano o una gran final de torneo de fútbol. A pesar de tener lugar en una fecha un tanto extraña, pues suele celebrarse en algún momento entre mediados de marzo y primeros de abril, el evento marca un antes y un después en la «temporada» de wrestling para la WWE (la empresa de wrestling más importante del mundo).

Siguiendo con la lección para neófitos de forma muy resumida, la estructura tradicional de la WWE durante las últimas décadas es la presentación de luchadores, historias y combates mediante dos programas de televisión, Raw y Smackdown (cuyas versiones internacionales se emiten en España en Neox los sábados y domingos), complementada por shows en directo por todo Estados Unidos y otras partes del mundo varios días a la semana, y la emisión una vez al mes aproximadamente de un gran evento en pago por visión (PPV) en el que suelen culminar algunas historias o se producen combates de mayor importancia que continúen dichas historias o comiencen otras nuevas.

Pues bien, Wrestlemania es el mayor PPV del año, se emite en todo el mundo y suele alcanzar cifras récord de compras, visionado, entradas vendidas, merchandising… Sin hablar de la cantidad de riqueza que genera para la ciudad en la que se celebra,  ya sea por la cantidad de visitantes de todo el mundo que acuden a presenciarlo, las distintas actividades que tienen lugar durante la semana previa, la llegada de otras empresas que celebran espectáculos para intentar aprovechar el tirón de la WWE o los actos benéficos que la propia WWE celebra, como promoción de la lectura infantil, colaboración en la lucha contra el cáncer de mama o con la fundación Make-A-Wish, etc. Así, no es de extrañar que cada año, distintas corporaciones municipales cortejen a la empresa para que celebre Wrestlemania en su ciudad.

Y ya que tengo muy recientes mis vacaciones en Nueva Orleans, y es allí donde se ha celebrado este año, aquí va un comentario, que no reseña, sobre Wrestlemania XXX.


Aunque ya no sigo el wrestling con la asiduidad de antaño, mayormente por falta de tiempo que dedicar a la cantidad de horas de programación semanales de la WWE (sin hablar de otras promociones como TNA o ROH), sigo manteniéndome al día e intento no faltar al menos a la Royal Rumble (otro de los grandes PPV del año que además da inicio al llamado Road to Wrestlemania) y a Wrestlemania.

Sobre el papel, el Wrestlemania de este año podría haber sido un desastre de proporciones colosales en el peor de los casos, y olvidable en el mejor. Sin embargo, ha acabado resultando uno de los mejores de los últimos tiempos gracias a varios factores:

– Reducción de elementos innecesarios y externos al espectáculo: En ocasiones anteriores, hemos asistido, entre otras cosas, a conciertos no relacionados con las historias o los luchadores o a combates con presencia de famosos que acababan cumpliendo mejor o peor, pero que recortaban el tiempo dedicado a los demás. Este año, las actuaciones musicales se han integrado en las entradas de dos luchadores, y apenas ha habido tiempo perdido en cosas que no tuvieran que ver con las historias o el espectáculo en sí, y ni siquiera eran malas; por ejemplo, un sketch con varias Leyendas (luchadores retirados pero de renombre que aún tienen algún papel delante o detrás de las cámaras, aparecen en algunos productos y acuden a distintos eventos en representación de la empresa) o la típica presentación de la promoción del Salón de la Fama de este año.

– Más tiempo dedicado a los combates e historias: Gracias a perder menos tiempo en cosas innecesarias, la mayoría de combates han podido desarrollarse en condiciones y contando la historia que necesitaban. Esto ha permitido que dos desastres en potencia como la Battle Royal de 30 personas o el combate por el título de 14 Divas (luchadoras) pudieran desarrollarse sin prisas y superando con creces las expectativas.

– Creación de historias a largo plazo: En algunos casos, la historia que desembocaba en Wrestlemania llevaba muchos meses gestándose (más de 8 con Daniel Bryan, por ejemplo), lo que ha supuesto una mayor implicación del público con los luchadores y el resultado de los combates. Aunque algunas de las decisiones argumentales de los últimos meses hayan producido la ira de buena parte de los aficionados con la empresa, tras ver Wrestlemania y echar la vista atrás, no puedo por menos que felicitar a la WWE por haberse atrevido a «jugar» con los aficionados haciéndolo todo más impredecible (puede que obligada por algún factor imprevisto como la marcha de CM Punk).


Sé que a quienes no sigan este mundo o sigan anclados en la equivocada idea de que es todo falso (y ni siquiera voy a comentar ese punto) todo esto se la puede traer bastante al pairo, pero me apetecía hacer un mínimo comentario que no incluyera resultados ni entrara muy en detalle, ya que estoy convencido de que podría ver la Royal Rumble y el Wrestlemania de este año con alguien no aficionado al wrestling y muy probablemente acabaría con una opinión favorable gracias a la calidad de lo mostrado en pantalla.

Más allá de filias y fobias, no deja de ser un entretenimiento que lo único que necesita hacer es precisamente eso, entretener. Y últimamente parece que lo están consiguiendo con buenas historias y combates con pocos momentos de los de levantarte a picar algo. Como dicen en The Big Easy, Let the good times roll!

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