Por lo general, la gente no da mucha importancia a las tiendas en las que compra más allá de que cumplan de forma adecuada los tres factores principales para elegir uno u otro comercio: precios, productos disponibles y atención recibida. A esos tres factores podemos añadirle un cuarto en el caso de la ropa, calzado y accesorios, que es la marca. Además, en un panorama comercial cada vez más dominado por las franquicias y las cadenas de establecimientos, no hay mucho más que pueda servir de elemento diferenciador a la hora de decantarse por una u otra aparte de los ya mencionados y del propio gusto o preferencia personal.
Sin embargo, a medida que nos adentremos en tiendas más especializadas en cuanto a temática o productos, van apareciendo elementos que, de forma consciente o inconsciente, podemos tener en cuenta. Son esos elementos los que permiten seguir sobreviviendo a las llamadas «tiendas de barrio» o «comercio de proximidad», que si no pueden competir en precios o surtido con los gigantes de su sector, sí pueden ofrecerle al cliente otras cosas que le decidan a acudir a ellas pese a pagar un poco más o esperar un tiempo más elevado hasta recibir lo que quiere. Sería el caso de las tiendas de música (las que queden), ciertos tipos de tiendas de ropa, ciertos tipos de papelerías, las librerías «de verdad» o lo que quizás sea el ejemplo más paradigmático de un ecosistema comercial plagado de filias y fobias: las tiendas de cómics. (más…)