Archivos para marzo, 2009

Como indica su propio nombre, este luchador mexicano es hijo de la leyenda que fue El Santo. Cuenta en su haber con una trayectoria de más de 25 años, en los cuales ha sido a menudo cabeza de cartel de grandes eventos. Algunos de los detalles de su carrera que pueden resultar más interesantes para el público español son el haber obtenido la cabellera del fallecido Eddie Guerrero y el haber dado la alternativa a luchadores conocidos en nuestro país como son Juventud Guerrera y Rey Mysterio.

Con motivo de su presencia en Madrid, pudimos realizarle una entrevista ya que se brindó a dedicarnos algo de tiempo en los descansos que tenía entre acto y acto.

¿Podría comenzar hablándonos de la lucha libre en México, que es algo distinta a como se entiende en EEUU y en Japón?

En México, la lucha es un deporte-espectáculo que atrae masas y probablemente sea el segundo deporte, después del soccer, que mas gusta al publico. En comparación con la lucha en EEUU, el luchador mexicano emplea más técnica y es más espectacular y efectivo.

No importa tanto el físico como en EEUU.

No, precisamente ellos venden más eso, ellos venden más la imagen física que la técnica. Nosotros nos preocupamos más por vender el arte, ¿no? Porque para mí es un arte la lucha libre. Y creo que el luchador japonés también se preocupa por vender la lucha, no el físico sino la experiencia. Aunque el luchador japonés, en comparación con nosotros, es seco, mas frío con el público. Nosotros tenemos más facilidad de interactuar con la gente en un cuadrilátero

¿De donde viene la tradición de las máscaras en México?

Bueno, la lucha libre es el único deporte donde se usan mascaras. Creo que de alguna manera ha venido de nuestros ancestros, desde nuestras culturas prehispánicas, aztecas, mayas, olmecas. Todas estas culturas, cuando iban a la guerra, cuando combatían, muchos de ellos usaban máscaras. Los animales más representativos en ese tiempo eran el jaguar, el águila…

Y quizá la lucha libre retomó esta cultura de las máscaras, porque como finalmente la lucha libre es un combate, se empezaron a utilizar nombres de personajes y los luchadores comenzaron a llevar máscaras para tomar la fuerza del personaje que estaban representando. Tú sabes que en la lucha hay luchadores rudos y técnicos, y entonces los técnicos buscan nombres que estén ligados al bien y los rudos pues nombres más fuertes, más de maldad. Entonces creo que ésa es de alguna manera la historia de usar máscaras en la lucha libre.

Antes, en el escenario, mencionaba el “tomar la alternativa” de alguna manera de su padre. ¿Como es llenar ese vacío de alguien que ha llegado tan alto y ha sido tan popular?

Pues no ha sido fácil, pero puedo decirte que el Hijo del Santo lo ha logrado, porque a lo mejor he logrado romper muchos mitos y muchos dichos como el de nunca segundas partes fueron buenas. Creo que el Hijo del Santo logró entrar al gusto del público y no ha sido fácil, pero el Hijo del Santo finalmente ha logrado el éxito, la gente reconoce mi labor ya de 25 años y estoy completamente convencido de que mi padre estaría muy orgulloso de todo lo que he logrado. Porque hemos tratado siempre de engrandecer cada día mas el nombre del Hijo del Santo.

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En todos estos años, ¿se quedaría con alguna rivalidad en particular?

Bueno, tengo muchas rivalidades, y cada una tiene su propia historia. Pero creo que uno los rivales clásicos debe de ser Blue Demon, a veces como compañero pero a veces también como rival. Creo que es una rivalidad que se ha convertido en un clásico

¿Qué debe tener un buen combate?

En mi opinión un buen llaveo, luchar a ras de lona. Tiene que tener emoción, mucha entrega y obviamente espectacularidad, que es lo que le gusta a la gente.

Supongo que también el contar una historia dentro del ring.

Bueno, nosotros en México tanto como contar una historia no, eso lo hacen los norteamericanos. No comulgamos mucho con eso. Es más el combate y la técnica, como decía antes.

En México hay dos grandes promociones que son AAA y CMLL. ¿Ha trabajado con los dos?

Si, con las dos.

¿Y cómo es trabajar con una y trabajar con la otra? Porque ambas son bastante distintas en cuanto a su concepción original de la lucha.

AAA es una copia de la lucha norteamericana lamentablemente. Sin tener necesidad, han copiado muchas cosas de la lucha norteamericana, y sinceramente a mí en lo personal no me gusta, siento que se denigra mucho la lucha. Y el Consejo sí es una empresa más seria, pero el problema de las dos empresas en el caso mío es que no valoran mi trabajo en lo que a pago se refiere. Les duele mucho pagar una buena cantidad para que el Santo esté presente y prefieren trabajar con otros luchadores que pueden manejar a su antojo. Y como yo soy rebelde en ese sentido, pues no estoy con ellos.

¿Hay algún combate, algún luchador con quien le gustaría subirse a un ring antes de una posible retirada?

Creo que el Hijo del Santo ha logrado todo lo que ha deseado en la lucha libre, y especialmente alguien que pertenezca a cualquiera de las dos empresas con quien yo quisiera enfrentarme, no. Me he enfrentado a todos y honestamente no hay nada que pudiera inquietarme.

Tras nuestra entrevista, los chicos de FHM le realizaron una video-entrevista y una clase improvisada de lucha (de donde salió la segunda foto de esta entrada). Podéis acceder al vídeo que colgaron entrando en la página de FHM y buscándolo en la sección correspondiente o directamente pinchando aquí.

Howard Chaykin es uno de los grandes nombres del mundo del cómic actual. Con una carrera de más de 30 años a sus espaldas, Chaykin ha tocado diversos géneros y estilos en todas las grandes editoriales del panorama estadounidense sin dejar de lado su personal punto de vista a la hora de realizar su trabajo. Con motivo del Expocomic 2008 pudimos charlar con él y realizarle algunas preguntas. Por motivos de falta de tiempo, la charla fue algo más corta de lo que nos habría gustado, pero eso no impidió que realizara algunas declaraciones muy interesantes sobre su carrera y la forma de hacer cómics.

Usted es alguien que lo ha hecho todo: escribir, dibujar, entintar. Tiene una larga carrera tras de usted que durará aún bastantes años. Con la perspectiva que usted tiene, ¿cómo ve el estado de la industria ahora mismo?

El negocio del comic… veamos, a Broadway se le conoce también como “The magnificent invalid” (el magnífico inválido), y creo que este apelativo podría aplicarse también a la industria del cómic. Es un mundo increíblemente vibrante y vital, pero aún así el mercado sigue contrayéndose. Ahora mismo se están realizando algunos de los mejores trabajos de la historia, pero sigue siendo muy difícil encontrar un público.

Debo decir que lo que a mí más me entusiasma es la increíble calidad de reproducción actual, comparada con la de apenas hace 15 años. La reproducción de entonces era terrible. Cuando estaba haciendo American Flagg, se empleaban placas de plástico, ni siquiera de metal. Hoy en día, yo diría que prácticamente cada detalle que aparece en pantalla se plasma sobre el papel. La calidad de la reproducción, del color es genial. La calidad física del producto es increíble. Y aún así, el problema sigue siendo encontrar un público y hacer que el material llegue a ese público.

¿Cree que, en ocasiones, los editores pueden inteferir demasiado en el trabajo de los creadores? ¿Que pueden existir casos en los que una obra podría haber sido mucho mejor sin esa intervención?

Es algo que no me ha pasado nunca. Tengo una personalidad muy fuerte y llevo en esto desde 1971. Claro que cuando empiezas estás en manos del editor, pero a partir de un determinado momento, que para mí fueron los 80, te conviertes en una marca. Puede identificarse la obra con la persona. Y en ese momento, si me contrataban para realizar un trabajo, creo que ambas partes sabíamos a lo que atenernos, que el editor y la compañía sabían bastante bien qué clase de trabajo iban a recibir. Podía haber sorpresas en cosas muy concretas, pero se mantenía un cierto nivel de acabado y de arte.

En ese sentido, la obra es lo que es, y cuando trato con un editor, lo que quiero de él, por ejemplo como guionista, al enviar guiones, lo que tiene que hacer un editor y lo que necesito que haga es que se asegure de que he tratado bien a todos los personajes, que he tocado todos los puntos de la historia, que ésta es clara. Como dibujante, pasa lo mismo, porque pienso que el trabajo del dibujante es plasmar el guión e incluso mejorarlo. El dibujo debe tener un cierto nivel de narrativa y asegurarse de que la historia es clara desde el punto de vista visual. Mis relaciones con clientes o editores nunca es una relación de enfrentamiento, sino de colaboración. Me gusta trabajar con editores y, desde que regresé a tiempo completo al mundo del cómic en 2002, no he tenido ni una sola discusión con un editor. Incluso antes de mi vuelta tampoco, siempre hemos colaborado.

¿Cómo fueron sus comienzos, allá por 1971?

Antes de convertirme en profesional y poder firmar con mi propio nombre trabajé como ayudante de otros dibujantes como Gil Kane, Wallace Woods and Neal Adams. Todos ellos me enseñaron muchísimo, y debo decir que aunque con Gil fue con quien menos trabajo hice, él fue con quien más aprendí de todos. Aprendí lo que significa ser dibujante de cómics, cómo es el proceso…y eso que apenas dibujé para él. Más bien me encargaba de ir de un lado para otro, entregar cosas…

Mis primeros trabajos fueron historias de relleno de una sola página para cómics de misterio y románticos durante los últimos meses en que éstos se publicaron en DC. Y mi primer cómic completo fue Fafhrd and the Gray Mouser en Sword of Sorcery. Que por cierto fue horroroso, un trabajo terrible por mi parte. Soy el dibujante con menos talento y habilidad innata de mi generación. Fue algo que me molestaba mucho por aquel entonces, quería que todo fuese más sencillo. Y la verdad es que mi dibujo era una mierda hasta que no anduve rondando los 30 y aprendí a trabajar todo lo duro que tenía que hacerlo para ser tan bueno como quería ser. Entonces dejó de molestarme el tener que trabajar tanto cuando me di cuenta de que mi trabajo, el resultado final, era mi recompensa. Así que mis comienzos fueron humildes y lo que me ha mantenido ocupado y trabajando es una humildad continua.

¿Qué le lleva, como creador, a explorar vías que otros creadores no siguen, como hizo en American Flagg, reinventar personajes desde otra óptica como el Elsewords de Batman, Oscuras lealtades? ¿Qué le lleva a realizar obras con pocos pelos en la lengua?

Creo que la respuesta es mi personalidad, mi ideología política y mis puntos de vista. Cuando hice American Flagg en 1983, recibí una llamada de Gil Kane. Gil y yo habíamos perdido el contacto durante muchos años y nos hicimos amigos tras volver a ser compañeros de trabajo a comienzos de los ochenta, más de 10 años después de haber trabajado para él. Y me dijo algo que para mí fue increíblemente halagador: que lo que separaba American Flagg de otras obras era que tenía un punto de vista, lo cual siempre ha sido mi objetivo. Crear obras con un punto de vista…porque cuando un artista estadounidense trabaja en una serie regular, por ejemplo cuando llegas y haces 6 números de Lobezno, o de Batman, tienes que seguir una línea muy estrecha. Por un lado tienes que aportar tu propia creatividad, pero por el otro tienes que respetar el trabajo de quienes te han precedido y de quienes te sucederán. Y es algo que a menudo resulta muy difícil de hacer.

A menudo vemos como alguien llega a una colección y se carga un material determinado que luego hay que “resetear” para poderlo arreglar. Así que mi trabajo en series regulares siempre ha consistido el hacerle un buen servicio al material en el que trabajaba. Por eso me resultaban tan emocionantes los Elseworlds, porque era una oportunidad de sacar a los personajes de sus existencias habituales y crear algo nuevo con ellos. Oscuras lealtades supuso tomar un personaje cuya motivación original es un ejemplo clásico de origen de los años 30. En esa época los héroes siempre eran de clase alta, nobles, ricos… Así que lo que hice fue crear una versión de izquierdas del personaje, darle un origen similar pero ideológicamente opuesto, sólo para ver si era capaz de hacerlo. Como puedes suponer, mi ideología política tiende a lo liberal, no tengo ningún reparo en reconocerme como liberal y eso se transmite a mi trabajo. Y muy a menudo, por la propia naturaleza de los personajes de comic, su búsqueda de orden, porque hablan de justicia pero en realidad quieren decir orden, tengo que hacer verdaderos malabares para poder crear el personaje de ideología liberal que intento lograr.

Con ocasión del pasado Expocomic, pudimos charlar un rato con Marko Djurdjevic, quien actualmente trabaja para Marvel y ha realizado portadas para Capitán América, Daredevil o Thunderbolts, así como interiores de Thor.

Usted no es dibujante, sino ilustrador, ¿no es así? ¿Cómo comenzó su carrera? ¿Tuvo algún tipo de formación artística?

En realidad no tuve ningún tipo de formación, soy completamente autodidacta. Pasé toda mi adolescencia dibujando y mejorando mi técnica porque era lo único con lo que realmente me lo pasaba bien. Así que no lo dejé nunca y poco a poco fui mejorando hasta que llegó un momento en el que fui lo suficientemente bueno como para trabajar como ilustrador.

¿Dónde comenzó a trabajar?

¿Como ilustrador? Es una larga historia…comencé a trabajar con 17 años sin tener mucha idea de cómo funcionaba el mercado. Empecé haciendo ilustraciones sobre todo para juegos de rol, de cartas…

¿En Europa?

Sí, primero aquí, en Europa, en el año 2000 pasé de Alemania a Francia, de ahí a Inglaterra y por último a Estados Unidos. En ese tiempo trabajé en juegos como Vampiro: La mascarada, Shadowrun, cosas así.

Y en 2002 encontré una nueva forma de ganar dinero haciendo concept art, ilustración de conceptos. Trabajé un par de años en esta modalidad y participé en bastantes videojuegos a través de la empresa con la que trabajaba en esos momentos, Massive Black, en San Francisco.

¿Hay algún campo en particular en el que prefiera trabajar a la hora de hacer ilustraciones? ¿Fantasía, terror…?

Bueno, en realidad sí que hay algo que me gusta mucho más que el resto: mi producción personal, aquello que hago y que no está relacionado con ningún cliente. No tengo que trabajar con directores artísticos, sino que yo soy mi propio director artístico. Ése es mi campo preferido, y no puedo nombrar nada en concreto porque soy muy abierto cuando trabajo para mí mismo. Puede ser cualquier cosa porque lo que busco entonces es simplemente disfrutar con lo que hago sin tener que pasar por todo el proceso de revisión y aprobación de un director artístico o de un editor.

Hay una pregunta que suelo hacer en mis entrevistas y es la de la temida intervención editorial. ¿Le ha ocurrido alguna vez haber tenido que redibujar o cambiar algo por indicación de un editor o director artístico?

Sí, solía ocurrir casi a diario cuando trabajaba en el campo del concept art. Con los videojuegos por ejemplo solía haber entre 30 y 40 cambios hasta que se aprobaba un diseño de personaje. Lo cual era bastante horrible y es una de las razones por las que dejé de hacerlo. Y cuando pasé a trabajar para Marvel, me alegré mucho de que me dieran mucha más carta blanca para poder realizar mi trabajo como quisiera y no lo revisaban tanto como lo hacían las empresas de videojuegos. Es una de las razones por las que sigo con Marvel, es una empresa que permite libertad creativa y no controla tan minuciosamente todo el proceso, lo cual es bueno para el dibujante.

¿Cómo llegó a Marvel?

En realidad no llegué…un día recibí una llamada preguntándome si quería trabajar para ellos. Yo no tenía ninguna intención de trabajar allí, no lo tenía planeado. Simplemente me llamaron cuando estaba trabajando como ilustrador en San Francisco y me ofrecieron trabajo y un contrato en exclusiva. Eso me permitió volver a Europa, pude dejar mi trabajo de San Francisco, regresar aquí y trabajar desde casa. Fue una gran alegría que me ofrecieran algo así y acepté de inmediato.

¿Tuvo que aprender algo nuevo a la hora de afrontar las páginas interiores de Thor respecto al trabajo que había realizado anteriormente, que eran ilustraciones y portadas fundamentalmente?

Siempre estoy aprendiendo. Da igual que uno haga ilustraciones, concept art o cómics, el dibujo es un proceso de aprendizaje constante y siempre estás intentando encontrar nuevas formas de expresarte. Además, estoy completamente abierto a cosas nuevas que aprender y siempre he sido mi mayor crítico hasta el punto de que siempre estoy buscando otra manera de hacer las cosas para mejorar.

Lo de Thor fue una gran experiencia porque era algo que nunca había hecho antes y que de verdad quería hacer y que fuese un buen trabajo, que fuese representativo. Y creo que aprendí mucho durante todo el proceso. Ahora por ejemplo me resulta mucho más fácil realizar la distribución de una página.

A la hora de hacer portadas, ¿recibe algún tipo de indicación acerca de cómo tendría que ser el resultado final?

Es muy poco habitual que me den muchas instrucciones al respecto. La mayoría del tiempo simplemente sé más o menos de qué va la historia o quiénes son los principales personajes que aparecerán.

A partir de ahí hago varios bocetos, los envío y escogemos a partir de cuál de ellos vamos a trabajar.

Volviendo a los interiores de Thor. ¿Cómo era el guión que recibió para realizar los dibujos? ¿Muy detallado, dejaba margen al dibujante…?

No, no era muy detallado. Me gustó que no lo fuera, que fuera más libre y me diese la oportunidad de explorar distintas formas de distribuir la página, distintos ángulos para enfocar una acción… Como he dicho antes, no suelen abrumarme con instrucciones sobre cómo debo hacer algo.

Hablando ahora del futuro, ¿algún proyecto del que pueda hablar?

Voy a regresar a Thor en enero y me quedaré en la serie durante un arco argumental y también estoy haciendo muchas portadas. La verdad es que ese es el gran proyecto, estar por todas partes con las portadas.

¿Cuánto tiempo le lleva hacer una portada, desde el diseño inicial hasta el producto final?

Siempre intentó que no me lleve más de un día. Por mí, sobre todo. Porque me apasiona lo que hago y no me gusta tener que dejarlo cuando llega la noche y tener que seguir a la mañana siguiente. No me gusta interrumpir el trabajo porque hace que deje de pasármelo bien haciéndolo. Soy muy estricto con mi trabajo; suelo empezar muy temprano por la mañana e intentó que esté acabada sobre las 8 o las 9 de la noche para no tener que seguir al día siguiente. La mayoría pueden hacerse en un sólo día…no creo que más del 10% me lleven más de ese tiempo.

¿Hay algún personaje o serie que le gustaría hacer más adelante?

No, la verdad es que estoy abierto a cualquier cosa. No quiero cerrarme ante nada o evitar trabajar en un personaje o en una serie. Sí que me encantan los personajes un poco olvidados o aquellos que nunca han estado en el centro de atención. Me gusta mucho trabajar con algo así, aunque no tengo ninguna preferencia en particular.