Repaso al 2023: podcasts

Con esta entrada cierro el mes y también mi particular repaso a 2023, así que si tenéis curiosidad, podéis echarle un ojo al cine, a las series o al teatro que he visto, o bien a mis lecturas del año.

Supongo que con las horas que dedico a oír y escuchar podcasts, bien puedo dedicarles una entrada también como al resto de cosas que ocupan mi tiempo libre. Yo siempre he consumido mucha radio «hablada», más que radio musical, y durante años me he aficionado a distintas emisoras y programas, bien fuera con un aparato de radio clásico junto al ordenador o, cuando la tecnología lo permitió, con la emisión por Internet que realizaban. Sin embargo, este gran consumo lo ha ido reemplazando progresivamente el de podcasts por varios motivos. El primero y más obvio es la capacidad de acceder bajo demanda a temas, programas y secciones que me interesan en el momento que quiera; así, puedo escuchar sólo las partes que me interesan de los programas «tradicionales» a la hora que quiera o puedo ir a podcasts que me ofrecen contenidos que nunca encontraría en la radio. Por otra parte, igual que pasa en televisión, la radio también modifica su programación con el paso de los años, por lo que tuve que despedirme de programas que seguía asiduamente y que fueron reemplazados por otros que me interesaban poco o nada; de igual modo, algunos programas fueron variando sus secciones y estructura hasta el punto de convertirse en algo distinto… En fin, que menuda chapa estoy pegando cuando lo que quiero contar es lo que he estado escuchando este año.

Empecemos por los dos únicos que escucho en español, porque antes seguía y escuchaba religiosamente Campamento Krypton, pero en un determinado momento se volvieron exclusivos de Ivoox (web y aplicación infectas donde las haya, con una interfaz horrible, errores cada dos por tres de detención del audio o incluso reinicio y donde no podía escuchar prácticamente ninguno de los demás podcasts que sigo porque no estaban ahí; mucho tendría que haber mejorado en los años que hace que dejé de usarla) y era imposible escuchar sus programas desde cualquier otra aplicación (en mi caso, uso Pocket Casts). Desconozco si la exclusividad habrá terminado ya y entiendo que para ellos fuera un paso necesario en la monetización de su programa de cara a contar con más medios o ver recompensados las horas y y el esfuerzo empleados, pero Ivoox era una castaña importante como para seguirles ahí con la de podcasts que hay en el mundo.

Pero bueno, que me vuelvo a liar… Lo que escucho en español, venga, no nos dispersemos.

Por un lado está La cultureta, que nació como una sección en un programa vespertino (La brújula) y acabó contando con programa propio de madrugada. Fui ignorante durante muchos años de la existencia tanto de la sección, ya que no escuchaba su programa de origen, como del programa en sí, que se emite a horas intempestivas para mí, hasta que un día volviendo a mi ciudad con el coche a esas horas, di con él, me gustó mucho lo que oí y desde entonces lo escucho en riguroso diferido. Se trata de un programa cultural con un tono bastante distendido en el que hablan de libros, cine, series o incluso exposiciones y que me ha descubierto bastantes cosas que no habría conocido de otro modo. No esperéis una agenda cultural, ni un repaso de estrenos de cine o de series, ni en su emisión reducida de por las mañanas de los viernes ni en la más extensa «Gran reserva» de las madrugadas del viernes al sábado, pero sí un programa ameno en el que oír comentar y debatir todo tipo de temas.

El logo de Cepeceros, no me diréis que no es bonito

El otro podcast español lo escucho desde hace poco, apenas un par de meses, y se trata de Cepeceros, un programa sobre el Amstrad CPC y sus juegos. Lo descubrí gracias a la intervención en el programa de José Viruete (sí, el de viruete.com y tantísimas cosas más, y cuyo podcast también escucho cuando toca algo que me interesa o me llama la atención) y, si bien no he escuchado el ingente archivo de audios, sí que he ido picoteando cosas antiguas y descargado y consumido los nuevos programas que van saliendo. Yo nunca tuve un Amstrad, porque soy mucho más joven de lo que piensan muchos, pero tenía unos primos que sí tenían uno siendo yo bastante pequeño. Pequeño, pero no tanto como para no tener muy buenos recuerdos de visitas a mis tíos en las que me ponían el Amstrad y su pantalla de fósforo verde para poder jugar al Oh, Mummy!, el Freddy Hardest, el Phantis, el Phantom Club, Las tres luces de Glaurung, el Coliseum, el Psycho Pigs o el Jack the Nipper 2, por nombrar algunos de cuyos títulos me acuerdo, pero hubo muchísimos más. En algunos nunca logré pasar más de 1 o 2 pantallas (entiéndase «pantalla» en el sentido literal, no en el de fase) y en otros conseguí llegar al final incluso a mi edad (el Phantis y el Psycho Pigs, así que recuerde). Y pese a que muchas de las cosas más técnicas de las que hablan en el podcast (y sobre todo en el postpodcast) me dejan un poco in albis, porque no sé (aunque puedo intuir) qué es eso del doble búfer, el búfer oculto o los diferente modos gráficos, disfruto mucho aprendiendo cosas poco a poco sobre el mundo del Amstrad y despertando viejos recuerdos cuando se habla de juegos a los que jugué en mi infancia. Nostalgia en vena y muy recomendado para cualquiera que viviera la época dorada de los ordenadores de 8 bits.

Pasando ya a la parte internacional, porque los podcasts me permiten no «perder oído» con los idiomas, y empezando por lo más clásico, escucho a diario dos programas alemanes de noticias. Uno de ellos es matinal (y muy matinal), de duración reducida y con un enfoque más joven y moderno tanto en la selección de temas como en la forma de contarlos y desarrollarlos, y el otro es vespertino, algo más largo y un informativo de toda la vida, aunque cuenta también con pequeñas intervenciones de opinión y noticias en plan reportaje, tratadas con mayor profundidad. Se trata de, respectivamente, 0630 y Echo des Tages y me parecen un buen modo de escuchar alemán, estar al día de las noticias y ver cómo se hace radio en otros países, ya que pertenecen a la Westdeutscher Rundfunk, una de las empresas públicas de radiotelevisión alemanas, y se emiten en la parrilla diaria de la emisora.

Cambiando de país, pero siguiendo en la radio tradicional, desde Italia escucho Il ruggito del coniglio, un matinal de Rai 2 a cargo de Antonello Dose y Marco Presta que, si sigue en antena, en 2025 llegará a cumplir 30 años de emisión. En este caso, se trata de un programa fundamentalmente de humor con diversas secciones y colaboradores y numerosas llamadas de oyentes (seguro que os suena el formato, que como veis es más viejo que la tos). Además de lo que me suelo reír con el programa, la gran ventaja desde el punto de vista de la escucha en italiano es que, al llamar gente de todo el país, oyes todo tipo de acentos y hasta dialectos, lo cual me resulta tremendamente interesante.

Quiero hacer una mención especial a la sección de la «Coppa Rimetti«, que es una competición en la que hacen participar a todo tipo de fauna que crea sus propias canciones y que no tienen desperdicio; si os da curiosidad, en YouTube hay hasta listas de reproducción que ha creado la gente con las canciones participantes en las diversas ediciones. A modo de ejemplo, voy a dejar aquí una de las ganadoras para vuestro goce y disfrute.

Nuevo cambio de país, y tras Italia y Alemania, visitamos Francia, en este caso para escuchar Affaires sensibles, un programa de France Inter que trata todo tipo de temas. Su premisa es coger un suceso cultural, político, social o económico (o un suceso a secas, crónica negra, vaya) y tratarlo en gran profundidad, contando los antecedentes, el hecho en sí y las consecuencias, incluso con recreaciones de escenas o momentos. Una vez contado todo, suele haber un invitado que es experto en el tema y que habla sobre él, da su opinión o realiza un pequeño debate con el presentador. Aunque la mayoría de temas suelen tener que ver con Francia (pueden ir desde una catástrofe minera hasta la aparición y desarrollo de Canal+, pasando por asesinatos de políticos o empresarios), tocan también asuntos y personajes internacionales (desde Amy Winehouse o El Chapo Guzmán hasta jueces o políticos italianos, pasando por Star Wars o Daft Punk). El programa está realmente bien hecho, con una producción excepcional y una labor de documentación muy exhaustiva. Si sabéis francés, os recomiendo encarecidamente que les echéis un ojo a los temas y os pongáis un programa que os interese para descubrirlo.

Saltamos ahora a los Estados Unidos para hablar de un podcast que escucho de forma muy intermitente y que me suele servir para rellenar huecos. Esto no quiere decir que no me guste, porque me parece muy ameno, divertido y, al menos para mí como fan de la serie, de gran interés. Me refiero a Office Ladies, un podcast sobre la serie The Office a cargo de dos de sus actrices, Jenna Fischer y Angela Kinsey. Hasta donde he escuchado, porque empecé por el principio y aún estoy en junio de 2021, ambas presentadoras transmiten muy buen rollo y se les nota lo bien que se lo pasan haciendo el programa, en el que hablan de un episodio cada vez con un ritmo muy dinámico, salpicando el relato de anécdotas e intervenciones de invitados. Tal vez por lo fresco y espontáneo que me parecía, me supuso una decepción empezar a escuchar TalkVille, otro programa sobre una serie (en este caso Smallville) con dos de sus actores como presentadores (Michael Rosenbaum y Tom Welling), y descubrir un formato que me pareció mucho más encorsetado. Tanto es así que, tras la primera temporada, decidí dejarlo porque ni me estaba gustando en líneas generales como sí lo hace Office Ladies ni tampoco la forma de repasar la serie me resultaba atractiva.

Por último, tenemos una categoría que posiblemente sea la que más horas me ocupe, principalmente porque suelen ser programas notablemente más largos que los ya mencionados, y la que menos puedo recomendar a cualquiera que no sea aficionado al mundillo o que, como mínimo, tenga algún interés por él. Me estoy refiriendo a la retahíla de podcasts sobre wrestling que salpican mi semana, ya sea Something to Wrestle with Bruce Prichard, Foley is Pod (cuando hay programa nuevo y no refrito), 83 Weeks with Eric Bischoff/Strictly Business y My World with Jeff Jarrett. Todos ellos, excepto Strictly Business, se dedican fundamentalmente a hablar en profundidad de eventos, luchadores o sucesos del pasado; para un aficionado como yo, que por edad y disponibilidad en la televisión española no ha podido ver gran parte de los años de mayor auge de la lucha libre, estos podcasts son una interesantísima fuente de información contada por quienes han formado parte de esos acontecimientos. Dicho esto, cada vez van quedando menos cosas que contar y, debido al solapamiento entre los programas, hay temas que comienzan a volverse repetitivos por mucho que cada uno aporte una perspectiva distinta. Tal vez por eso mi preferido actualmente sea Strictly Business, en parte porque Eric Bischoff habla en él de temas más actuales, y también porque entre Prichard, Jarrett y él, es el único no asociado a ninguna empresa en activo (Foley tampoco, pero es que ni sé desde cuándo lleva sin grabar), lo que siempre se nota a la hora de abordar determinadas cosas. Sus repasos a las noticias del mundillo y sus puntos de vista me resultan muy interesantes y por eso lo prefiero a 83 Weeks, más centrado en su exitosa etapa al frente de WCW, pero cuyos temas más enjundiosos ya se han tratado a lo largo de los años y donde ya va quedando poco que rascar.

En resumen, que habrá quien consuma más y más variado que yo en materia de podcasts, pero estoy muy contento con la «parrilla» que me he creado para mi semana. Eso sí, siempre hay hueco para alguno más (de hecho, este mes he empezado con los de Jim Cornette por recomendación de mi excoordinador y estoy encantado), así que si queréis hacerme alguna recomendación o también escucháis alguno de los míos, no seáis tímidos y dejad un comentario o dadme un toque en Twitter (sí, Twitter, ¿qué mierda es ésa de X ni X?).