2024 de libros: reseñas de marzo

Publicado: 29/04/2024 en 2024 de libros, Libros, Opinión, Píldoras, Reseñas
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Marzo ha sido un mes parco en libros, con sólo dos títulos en mi haber, así que esta entrada será algo más corta de lo habitual, dentro de lo que soy yo, que no van a ser todo tochos de 1500 palabras en adelante.


Título: La petite fille dans le placard
Autor: Marie Lincourt
Editorial: Éditions Hugo
Valoración: Melodrama sin pasarse

Ya he contado aquí alguna vez lo de los libros en diversos idiomas procedentes de mercadillos que hacen que aparezcan por aquí lecturas que parecen no pegar nada con todo lo demás, ¿verdad? Pues efectivamente, éste es uno de ellos. Se trata de un libro que yo no me habría comprado, ni nuevo ni de mercadillo, pero que me leo por ser un regalo y descubro que no estaba tan mal como me habían hecho parecer las apariencias (o que podría haber sido mucho peor, que no tiene por qué ser lo mismo). En este caso, la grata impresión tras la lectura no es tan manifiesta como con el que leí en enero, pero me esperaba algo mucho más ínfimo y no ha sido así.

El argumento desde luego que lo tiene todo para que hubiera sido un folletín melodramático de aúpa, pues trata de una niña de seis años que tiene una madre que ríete tú de las madrastras de los cuentos, un padre que parece que sí la quiere más, pero tal vez no por los motivos adecuados, una niñera más mala que la quina y un hermano pequeño que goza de todo el cariño y atenciones de los que ella carece. El único miembro de la familia que parece verla como la niña que es y tratarla como tal es su abuela, cuyas visitas no son muy frecuentes porque su nuera no la puede ni ver.

Pese a un comienzo poco prometedor y que no parecía augurar nada más que un dramón de poca estofa, y aunque tampoco es que alcance unas cotas brillantísimas que digamos, el libro es entretenido y no me pareció que cargara tanto las tintas como podría haberlo hecho. La premisa de una niña con rubeola encerrada en un armario para que no contagie a su hermano podría parecer descabellada si no hubiéramos visto casos mucho peores en las noticias, y como la autora termina por escribir bastante bien la voz de la niña y su percepción de lo que sucede a su alrededor, el relato resulta verosímil y además transcurre a buen ritmo.

Si me ha entretenido a mí, que no soy ni de lejos el público objetivo, imagino que a éste le gustará mucho más. Mi valoración es la de un libro que se lee rápido y que sirve para rellenar un hueco tonto en el que no quieres pedirle gran cosa a una lectura. Sus personajes tienen el relieve justo para no parecer estereotipos andantes y la autora no cae en una repetición excesiva de situaciones e ideas, por lo que, una vez pasado el bache inicial, funciona bien como libro de tumbona, avión/tren o similar.


Título: La strada del Donbas
Autor:
Serhiy Zhadán
Editorial:
Voland
Valoración: 
Para descubrir otra Ucrania

Este libro del escritor ucraniano Serhiy Zhadán es cuanto menos curioso, pues no ha dejado de sorprenderme periódicamente con giros de la historia y del estilo que era imposible ver venir. Y no me refiero exactamente a revelaciones de ésas que descubren de pronto que un personaje no es quien pensabas o que lo que te ha contado hasta ahora el libro tienes que interpretarlo desde otra óptica. Nada que ver, porque en este caso son cambios que hacen que la novela se transmute de pronto en algo distinto que puede volver a revertir más tarde.

Pero empecemos por el argumento inicial: un agente publicitario regresa a la remota provincia que le vio nacer para encargarse de la gasolinera de su hermano, quien se ha esfumado, supuestamente tras una huida al extranjero. Desde el inicio del libro hasta los primeros días en la gasolinera, pasando por el trayecto hasta llegar allí, el autor nos presenta ya una colección de personajes y situaciones peculiares que marcan el tono del relato y nos sitúan en un ambiente extraño y hostil que no se explica únicamente por las consecuencias de la guerra y de la desintegración soviética. Y una vez establecido el elenco principal y la ambientación, seguimos descubriendo nuevos lugares y figuras que pueblan el libro para crear un mundo que, a veces, parece sacado de una película americana de carreteras polvorientas y, otras veces, parece salir de una ensoñación o de una fantasía casi onírica.

Debido a esta especie de collage que emplea el autor, reconozco que ha habido partes del libro que no me han atraído lo más mínimo, como la relativa a la invención del jazz, y no únicamente porque se salieran de la historia principal, ya que algunas de esas digresiones o desviaciones de la trama central son francamente interesantes. Quizás el libro pierda algo de fuerza hacia el final, coincidiendo con la aparición de esos textos jazzísticos, pues es cuando el escritor empieza a despegarse más de la trama, a la que luego vuelve, y el ejercicio literario que quiere hacer no ha sido muy de mi agrado.

En cualquier caso, la novela cuenta con puntos muy fuertes, como son el empleo de un lenguaje poético y evocador de gran fuerza descriptiva y la habilidad para ir hilvanando una historia aparentemente muy sencilla en la que los giros de timón no resultan forzados y transportan al lector a un lugar donde se juntan terratenientes del maíz con obreros del gas natural, refugiados y exfutbolistas reconvertidos en mecánicos.

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