Reseña de cómic – Marjorie Finnegan: Temporal Criminal

Publicado: 22/04/2022 en AWA Studios, Cómics, Opinión, Reseñas
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Dentro de las propuestas de la editorial AWA Studios que no entran dentro de su universo compartido, nos encontramos dos publicaciones que pueden denominarse muy merecidamente «de autor» por cuanto ambas resultan inconfundibles por el sello que les imprimen sus creadores. Por un lado, el guionista Garth Ennis (Hitman, Predicador, El Castigador, The Boys…) y el dibujante Goran Sudžuka (Hellblazer, Y: El último hombre…) presentan una maxiserie de 8 números llamada Marjorie Finnegan, Temporal Criminal, cuyo título ya cuenta gran parte de lo que hay que saber sobre la serie: la protagoniza una delincuente con tecnología de viaje temporal que se dedica a ir de un lado a otro de la historia en busca de cosas que le apetezca robar. Por otra parte, el guionista y dibujante Frank Cho (Shanna la Diablesa, Liberty Meadows…) propone la miniserie de 5 números Fight Girls, en el que diez mujeres se juegan el pellejo para enfrentarse a competiciones en entornos inhóspitos para alzarse con el codiciado puesto de «Reina de la galaxia».

En ambos casos, tanto el concepto como su desarrollo van íntimamente ligados a los puntos fuertes y débiles de sus respectivos creadores. Esto quiere decir que los aficionados al señor Ennis o al señor Cho probablemente vayan a disfrutar más de estos cómics que el lector medio que se pueda acercar a estas obras. ¿El motivo? No son ni mucho menos obras redondas que puedan englobarse en los grandes éxitos cualitativos de ninguno de los dos, pero no por ello dejan de ser tebeos hechos con mucho oficio y francamente entretenidos si sabes dónde te estás metiendo. Para ello, nada mejor que echarles un ojo a las reseñas que les voy a dedicar. En esta ocasión, a la creación del señor Ennis, y, dentro de nada, a la del señor Cho.

Título: Marjorie Finnegan, Temporal Criminal
Guionista: Garth Ennis Dibujante: Goran Sudžuka
Editorial: AWA Studios Precio: 3,99 $
Valoración: Entretenida, pero…

El mayor problema de esta nueva obra de Ennis es, sin ninguna duda, su longitud. Sus ocho números se antojan excesivos para lo que cuenta el guionista y, cuanto más se acerca el final, más patente queda que la trama se ha estirado con situaciones que no llevaban a ninguna parte. Alguien decidió que había que sacar ocho números en lugar de seis (o cinco), y eso hace que la historia gire en círculos no siempre aparentes.

La premisa de Marjorie Finnegan, en la que ciertos individuos emplean la tecnología del viaje en el tiempo para hacer de las suyas y existe una agencia que les da caza para evitar paradojas temporales y otros desmanes, podría dar para una enorme cantidad de historias, como demuestra el inicio del primer número en el antiguo Egipto o un pequeño interludio en época vikinga en el que se nos presenta a la contrapartida de Marjorie en el bando de la ley; sin embargo, Ennis decide pergeñar una historia en la que dos villanos (uno más que otro), cuya peligrosidad y habilidades nunca quedan realmente establecidas más allá de ser malos y sin escrúpulos, pretenden reescribir los dogmas teológicos de la humanidad para… en fin, para nada bueno.

El problema que apuntaba en el primer párrafo no tiene que ver con que Marjorie deba superar ciertos obstáculos hasta saber lo que está pasando y quién es el verdadero enemigo, pues estas distracciones y desvíos son normales en cualquier historia. No, mi queja la propicia el hecho de que, una vez que todas las piezas están en su sitio, por algún motivo no pueden enfrentarse a los malos para desbaratar su plan. En lugar de ello, emprenden un nuevo rodeo para, una vez acabado éste, pasar a llevar a cabo el mismo enfrentamiento que habían descartado anteriormente. Es una artimaña del guionista bastante burda y que, en cierto modo, me hizo sentirme algo estafado por el desarrollo de la historia, sobre todo sabiendo de lo que es capaz Ennis tanto en sus cómics más serios como en los más desenfadados.

Fuego a discreción

Aparte de eso, la trama es ágil y va de un sitio a otro con rapidez, sin que ni los personajes ni el lector pasen demasiado tiempo en un mismo planteamiento, tal vez para ocultar en parte que el argumento no es excesivamente complejo (aunque es cierto que el plan maestro malvado sobre las religiones parece  una idea demasiado densa en comparación con el tono general del cómic). No faltan los momentos de violencia extrema marca del guionista, las situaciones descacharrantes ni los personajes y situaciones sacados de una mente delirante. Los personajes secundarios van tomando más cuerpo y carácter a medida que progresa la historia y sabemos más sobre su pasado, aunque en este aspecto vuelvo a echar en falta las buenas artes de Ennis para que un personaje casi unidimensional como es Marjorie cobre mayor entidad. Al fin y al cabo, ya cogió otro personaje de similar unidimensionalidad como es Frank Castle, el Castigador, y lo dotó de más empaque interno sin renunciar a esa cualidad unidimensional. Quizás es que no he terminado de conectar con la propuesta del guionista, pero creo que los secundarios acaban comiéndole la tostada a la protagonista.

Será por oro…

Donde no puedo poner ni un solo pero es en el apartado gráfico, que me ha parecido sencillamente maravilloso. No conocía de nada al dibujante Goran Sudžuka y he quedado gratamente sorprendido por su labor en este tebeo. Me ha parecido un artista muy versátil, con buen ojo para las composiciones y capaz de transmitir todo tipo de expresiones en los rostros de sus personajes. Teniendo en cuenta que en esta historia tiene que dibujar escenas repletas de acción, peleas, tiroteos sanguinarios, humor y drama, no puedo por menos que alabar su desempeño y espero verlo en otras series. Su Marjorie es decididamente encantadora y chispeante y las expresiones de Tim me han recordado muchas veces al gran Steve Dillon.

En resumen, y por no extenderme más, los muy cafeteros de Ennis probablemente disfrutarán muchísimo la lectura de esta serie. Por su parte, los que no lo son quizás se lo quieran pensar si le dan más importancia a la historia que al dibujo. Sea como sea, tenéis el tomó por menos de 15 € en inglés o por más de 20 € en español (ya sabéis, el impuesto revolucionario del cartoné). Yo no la puedo suspender porque tiene más cosas buenas que malas, pero tampoco la puedo subir del aprobado porque me pesa mucho la «trampa» para estirar el chicle de la trama y que ésta no deja de ser un concepto confuso. Eso sí, me apunto ya mismo a otra serie igual de loca con Marjorie viajando por el tiempo y dando todo tipo de golpes, con Sudžuka a cargo del apartado gráfico.

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